L D (EFE) El presidente del Gobierno llegó a Casablanca en su primer viaje oficial al exterior para reunirse con el Rey Mohamed VI y con su colega marroquí, Driss Yetú, quien le recibió a su llegada a Marruecos. El avión Airbus 310 de la Fuerza Aérea en el que se desplazó el jefe del Ejecutivo aterrizó en el aeropuerto de Casablanca pasadas las 12:15 horas procedente de Sevilla, donde Rodríguez Zapatero asistió a la toma de posesión de Manuel Chaves como presidente de la Junta de Andalucía.
El jefe del Ejecutivo español fue recibido por Yetú al pie de la escalerilla del avión y, tras un saludo, ambos pasaron revista a las tropas que les rindieron honores y escucharon los himnos nacionales de España y Marruecos. Zapatero llegó a Casablanca acompañado de los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y de Interior, José Antonio Alonso, así como de la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí.
En el aeropuerto les esperaban también los ministros marroquíes de Exteriores, Mohamed Benaissa, e Interior, Mustafá Sahel, y el ministro delegado de Exteriores, Taiels Fassi. Desde el aeropuerto, el presidente del Gobierno español se desplazará hasta la Villa Real de Anfa para ser recibido por el Rey Mohamed VI. Con el monarca, Rodríguez Zapatero tiene previsto analizar las relaciones bilaterales y tratar, especialmente, la colaboración en la lucha contra el terrorismo y los problemas derivados de la inmigración.
Posteriormente, asistirá en la plaza de la Wilaya al acto de descubrimiento de una placa por las víctimas de los atentados de Casablanca de mayo del año pasado en los que fueron asesinadas medio centenar de personas, entre ellas cuatro españoles. Tras un almuerzo ofrecido por Mohamed VI, Rodríguez Zapatero se reunirá con el primer ministro marroquí y ofrecerá una conferencia de prensa tras la que emprenderá viaje de regreso a España.
El jefe del Ejecutivo español fue recibido por Yetú al pie de la escalerilla del avión y, tras un saludo, ambos pasaron revista a las tropas que les rindieron honores y escucharon los himnos nacionales de España y Marruecos. Zapatero llegó a Casablanca acompañado de los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y de Interior, José Antonio Alonso, así como de la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí.
En el aeropuerto les esperaban también los ministros marroquíes de Exteriores, Mohamed Benaissa, e Interior, Mustafá Sahel, y el ministro delegado de Exteriores, Taiels Fassi. Desde el aeropuerto, el presidente del Gobierno español se desplazará hasta la Villa Real de Anfa para ser recibido por el Rey Mohamed VI. Con el monarca, Rodríguez Zapatero tiene previsto analizar las relaciones bilaterales y tratar, especialmente, la colaboración en la lucha contra el terrorismo y los problemas derivados de la inmigración.
Posteriormente, asistirá en la plaza de la Wilaya al acto de descubrimiento de una placa por las víctimas de los atentados de Casablanca de mayo del año pasado en los que fueron asesinadas medio centenar de personas, entre ellas cuatro españoles. Tras un almuerzo ofrecido por Mohamed VI, Rodríguez Zapatero se reunirá con el primer ministro marroquí y ofrecerá una conferencia de prensa tras la que emprenderá viaje de regreso a España.
La anterior visita de Zapatero a Marruecos, entonces en calidad de secretario general del PSOE, se produjo en diciembre de 2001, dos meses después de que Marruecos llamara a consultas a su embajador en Madrid. Zapatero rompía así el consenso en política exterior y en plena "crisis de los embajadores" se dejó fotografiar delante de un tapiz donde aparecían las islas Canarias, Ceuta y Melilla como territorios marroquíes.
La clase política marroquí, en general, y la opinión pública, en particular, no han regateado elogios a la hora de hablar del nuevo presidente del Gobierno español y consideran que con él se pasará la página de las tensiones que caracterizaron las relaciones bilaterales durante la presidencia de José María Aznar. Pero no olvidan que hay muchos temas por resolver, como el contencioso del Sahara, la delimitación de las aguas territoriales, su permanente reivindicación de Ceuta, Melilla y Canarias, la inmigración irregular o el tráfico de droga. Y también la colaboración en materia de seguridad por la implicación de terroristas islámicos marroquíes en los atentados de Casablanca y del 11 de marzo de este año en Madrid.